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Corrigiendo saltos de cadena con platos Q-Ring de Rotor

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Recientemente Jaime se ha hecho con un plato Q-rings de 40 dientes montados en unas bielas 3D de segunda mano. Se trata de un conjunto de pedalier y bielas con platos ovales diseñados y fabricados por la compañía española Rotor (de la que podemos estar orgullosos por la calidad de sus productos) que evitan el punto muerto que se produce en la pedalada cuando las bielas están completamente en vertical.

Imagen de SporTraining

En la Scott Scale de Jaime quedan muy bien, pero cuando las probó se encontró con una desagradable sorpresa: la cadena saltaba de forma incontrolada.


Por suerte hoy en día es fácil encontrar a alguien en los foros de Internet que haya tenido el mismo problema con anterioridad. Lanzando una sencilla búsqueda en Google Jaime encontró una entrada de foromtb en la que un forero explicaba cómo lo solucionó de forma drástica: rebajando el hueco entre los dientes del plato para que la cadena entrara más profundamente.


De manera que con un poco de paciencia, un taladro y una broca Jaime limó cada uno de los huecos entre los dientes de su plato.


El resultado, según él mismo cuenta, es impactante. Ni un solo salto tras el arreglo.
Ahora, Jaime, a desgastar el plato como más te gusta: ¡dándole caña!

Las Navas del Marqués SUR - 08/12/2014

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Aprovechando que el pasado lunes 08 de diciembre fue festivo y brillaba el sol, vencí la pereza que me daba salir con la bicicleta con una temperatura de pocos grados sobre cero y recorrí unos cuantos caminos de la zona sur de Las Navas del Marqués.

Bien pertrechado para el frío y con la braga subida hasta las orejas salí del polígono industrial El Brajero. Bajo por la calle Central y en apenas un minuto estoy rodando por una pista bastante cómoda en dirección sur entre pinares espectaculares.


Tras subir un pequeño repecho la ruta comienza a descender alcanzando su punto más bajo hacia la mitad de la ruta, por donde discurre la vía del tren.
 
 
A partir de este punto comienza la ascensión. Se recupera cota rápidamente... para volver a perderla igual de rápido en una bonita bajada que aún siendo por pista pone a prueba mi capacidad de controlar la frenada y sacar el culo por detrás del sillín.
  
El track puede descargarse de Wikiloc 
 
Y a partir de este punto... subida continua. El paisaje merece mucho la pena y paro para sacar alguna foto.
 
 
A pesar del sol no paso calor y ha sido un error no colocar en las gafas los cristales ahumados. Vuelvo a Las Navas del Marqués rodando sin prisa pero sin pausa. Disfrutando del recorrido y sufriendo en ocasiones por culpa de alguna rampa más pronunciada de lo que a mi me gusta. Al final me salen unos 16 kilómetros y algo menos de 300 metros de desnivel positivo acumulado según Wikiloc (casi 400 metros según Google Earth...¿de cuál me fío?)-
 
 

Subida al Berezo desde Losar de la Vera - 20/12/2014

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El día amaneció fresco pero despejado, ideal para sacar la bicicleta de montaña y liarse a subir, y subir, y subir... Eso es lo que hizo Jaime y lo comparte con todos nosotros en Wikiloc.






Las fotos son impresionantes:








Y el perfil... duro.

 


Gracias, Jaime.

Ilustres perdedores: Sergio

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Si con alguien me gusta salir a montar en bicicleta es con Sergio (Lude) porque entendemos este deporte de la misma manera... y a la vez de forma completamente diferente. Si bien yo soy mucho más tiquismiquis con el material y siempre ando mirando qué pieza cambiar para rebajar unos pocos gramos Sergio mantiene su bicicleta de serie, tal y como salió de la tienda, salvo por los cambios que haya tenido que hacer a causa del desgaste derivado del uso de los mismos. Si bien yo soy, lo reconozco, un poco marquista, Sergio busca la funcionalidad en todas sus compras. Criterio mucho más acertado que el mío, lo reconozco.


Ahora bien, cuando nos dejamos de "ciclismo de tiendas" y salimos a montar de verdad, es el mejor compañero de ruta. Cuando hay que subir se sube y cuando hay que bajar se baja pero siempre con el propósito de disfrutar del recorrido sin importar lo que diga el cuentakilómetros, como a mi me gusta.


No verás en Wikiloc una ruta compartida por Sergio... dudo que tenga usuario, de hecho. Aunque sí ha ideado buenos recorridos para rutas de varios días, que es una de sus grandes pasiones. Pocas veces le he visto más emocionado como cuando habla de las rutas de alforjas que ha hecho con otros perdedores por las provincias de Cuenca o Teruel.


Actualmente Sergio tiene asuntos mucho más importantes que atender y la frecuencia con la que coge la bicicleta ha disminuido considerablemente. De hecho me sorprende que con lo poco que monta sea capaz de mantener el ritmo a base de pundonor. Seguiremos saliendo a hacer rutas por muchos años más. Yo habré cambiado de bici tres o cuatro veces en unos cuantos años y él mantendrá la suya aún con la reparación provisional del freno que tan buen resultado dio (¿para qué poner un pasador en las pastillas de freno si la horquilla del pelo que pusimos para salir del paso funciona perfectamente?) pero lo que es seguro es que disfrutaremos de la ruta como nos gusta: rodando en paralelo siempre que el camino lo permita y charlando de nuestras cosas sin mirar el cuentakilómetros.

Centrador de ruedas casero

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Cuando el tiempo y los resfriados no acompañan para salir a montar en bicicleta paso el rato trasteando en el taller. En esta ocasión he fabricado un centrador de ruedas casero que si bien no ofrece la precisión de uno comercial de uso profesional me facilitará la tarea de centrado cuando sea necesario.

Compré un listón de pino en Leroy Merlín y recuperé un recorte de aglomerado que tenía por casa después de desmontar un mueble de cocina. Corté los listones a la medida adecuada y usé unas escuadras para colocarlos verticalmente midiendo bien con metro y nivel para que quedaran bien enfrentados. Utilicé una varilla roscada de 5mm. para atravesar el eje de la rueda y unas palomillas para centrarla.


Un viejo gorila y partes de un freno cantilever viejo me sirvieron para fabricar la pieza que me indicará por qué lado está desalineada la llanta. la fijé a la tabla de la base con tirafondos sobre una pequeña plataforma a la que va unido el gorila con un par de escuadras más pequeñas. Todo ello midiendo bien para que esta pieza quedara centrada respecto a las patas verticales.


Siempre que le he metido mano a una rueda con la idea de centrarla he acabado llevándola al taller porque he provocado mayor estropicio del que la rueda tenía. Espero que con ayuda de este útil no me vuelva a pasar (sé con toda seguridad que me volverá a pasar... lo sé).


BTT en la nieve - Subida al Berezo - 22/01/2015

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Algo tendrá salir a montar en bicicleta por la montaña cuando hay nieve porque a muchísima gente le encanta. No tengo el gusto de haber probado esta experiencia, lo confieso, pero Jaime ya la ha tachado de su lista de "cosas pendientes".

La crónica de la ruta directamente copiada de wikiloc:
http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8708274

"La mañana no animaba a coger la bicicleta, pero me apetecía, había niebla y hacía frio, la última semana habían bajado las temperaturas más de la cuenta. Pero aún así, me abrigué y a pedalear. La idea era llegar a pisar nieve, parecía alta, pero tenía ganas de hacerlo. Comencé la subida, los dos kilómetros y medio iniciales son temerosos, pendientes de más del 10 % de forma continuada, cuando quedaban menos de medio kilómetro para terminar este ascenso pude ver a lo lejos a otros dos ciclistas que también se habían atrevido a iniciar el ascenso, en ese momento deseaba alcanzarlos, la subida en solitario es bastante monótona. Gracias a la suerte y a elevar un poco el ritmo 10 minutos después los había cogido, como digo, la suerte me había ayudado, habían recibido una llamada telefónica. Comencé a hablar con ellos y continuamos ascendiendo, los compañeros eran de Navalmoral de la Mata (Emilio y Daniel). Antes de llegar a la Kikla comenzamos a ver los primeros signos de nieve, y nada más pasar esta, en la umbría, la nieve nos rodeó. Seguimos ascendiendo, esta ruta es lo único que tiene, y cuando nos quedaba menos de un kilómetro para la meta, Emilio y sus cubiertas tubeless comenzaron a soltar aire, no hubo arreglo posible, el líquido estaba helado y muy ligero, así que hubo que poner una cámara y continuar. Justo antes de llegar al Berezo, la nieve hizo acto de presencia, comenzaron a caer copos y un aire endemoniado que nos frenaba en exceso, pero ya estábamos ahí, 1000 metros de ascenso en menos de 13 kilómetros, sin descanso. Que gusto da pisar nieve con una bicicleta de Montaña"

Os dejo las fotos y los datos de la ruta.















El Track puede descargarse de Wikiloc

Kona Explosif

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Mentiría si afirmara que he cumplido con un sueño de juventud. Cuando empecé a montar en bicicleta de montaña Kona estaba en su mejor momento, pero no era la marca que más llamaba mi atención. Fue con el paso de los años y a base de visitar el subforo de clásicas de ForoMTB cuando comencé a fijarme en esos excelentes cuadros de acero, con esos marcados sloopings adelantados a su época, en esas horquillas rígidas Project Two tan características, en esas potencias Velocity... Podría decirse que lo que sí he hecho realidad ha sido un sueño de adulto porque con algo de suerte he podido hacerme con una Kona Explosif, el modelo tope de gama en acero de la época dorada de la marca norteamericana.

Kona sigue viva y el modelo Explosif también. Se sigue fabricando con cuadro de acero, de hecho, pero ya no es el buque insignia de competición de la firma, ya no es una pura sangre de carreras, ahora la Explosif mantiene su exclusividad por ser una bici rígida para todo uso, premiando la diversión por encima del rendimiento. Pero eso es otra historia.

Nunca pensé que pudiera hacerme con este modelo en concreto. Están realmente cotizadas, pero he tenido la suerte de estar en el lugar y el momento adecuado. Tenía unos cuantos componentes de buena calidad y la idea de hacerme con un cuadro decente para montar una bicicleta con ellos. De vez en cuando ojeaba las páginas de venta de segunda mano y los foros de compra-venta hasta que un buen día vi anunciado un cuadro Kona Explosif en bastante buen estado estético y con el extra de llevar montados juego de pedalier, desviador, tija de sillín y juego de dirección. Además estaba en mi ciudad y era de mi talla. Y el precio era realmente atractivo. Es como si el vendedor hubiera puesto el anuncio para mi.





Tardé poco en ponerme en contacto con él y concretar una cita para cerrar el trato. No podía creérmelo. Tenía en casa un cuadro Kona Explosif de acero Tange Ultimate Ultrastrong. Ya he tenido otros cuadros de acero, de CroMo para ser exactos, pero nunca de este nivel. Es realmente ligero y rebosa calidad.




Reconozco que me daba un poco de miedo que este proyecto se me fuera de las manos económicamente. El cuadro me había salido barato, pero una Kona Explosif, por respeto a lo que significó, no puede montarse de cualquier manera. Había adquirido la responsabilidad de montarla con componentes acordes en calidad... y además contemporáneos... tarea difícil y potencialmente cara. Pero la suerte seguía de mi lado y en pocos días encontré una horquilla que le venía al pelo: una Rock Shox Judy XC de 60mm de recorrido. Los más puristas dirán que tenía que haberme hecho con una horquilla Project Two de Kona, pero como buen perdedor reconozco ser un poco flojo y con horquilla rígida los brazos ya no me aguantan.

Si el estado del cuadro, tras casi 20 años, era relativamente bueno no daba crédito al estado de la horquilla que además de ser para dirección ahead y tener el tubo de dirección lo suficientemente largo no tenía, literalmente, ni una sola picada. Es como su hubiera estado guardad desde el día que se compró. De hecho no tenía ni araña instalada, así que no descarto que así sea. Además el vendedor me regaló dos manillares, una potencia y el manual de instrucciones original junto a un juego de recambio de elastómeros y grasa de montaje, kit que se entregaba al comprar la horquilla.




Pretendía utilizar un juego de ruedas Mavic Crossmax del que dispongo y que desmonté de otra bicicleta a la que monté frenos de disco. Unos Avid Single Digit 7 se encargarían provisionalmente de la frenada a la espera de recuperar, sin prisa, un juego de V-brake XT de las primeras ediciones que tengo prestados a un amigo. Dirección (Cane Creek), manillar (Bontrager Race Lite) y potencia (Coda 130mm) me había proporcionado los amables vendedores de cuadro y horquilla de manera que solo faltaba completar el sistema de transmisión. Y ahí el asunto estaba clarísimo: Shimano Deore XT 8v. En esta ocasión tuve que poner un anuncio de "se busca" y a los pocos días me hicieron una oferta muy razonable por un juego de pulsadores de cambio y freno integrados... con un tercero de regalo (mi buena suerte continuaba).




Lo que más me costó fue encontrar un cambio trasero... y cuando lo encontré el vendedor no me había advertido de que le faltaba el tornillo que hace de prisionero del cable y el tensor que sirve para ajustarlo. Pude solventar estos problemas usando estas piezas de otras piezas de transmisión que tengo guardadas y que a falta de tener calidad suficiente han cumplido con su misión haciendo de donantes para este proyecto.




Mi idea original era montar la bici con un sillín Selle Italia Flite de la época pero me encontré con un anuncio de un San Marco Expedia también veterano y que venía con una tija O-BEAM, fabricada para Kona por Kalloy y que para mi desgracia no es del diámetro que acepta el cuadro. Aún sabiéndolo compré tija+sillín aprovechando el excelente precio del conjunto.




Y para terminar, cadena y cassette los compré nuevos (SRAM y de gama inferior, disculpad a este pobre pecador), cubiertas unas ligerísimas Maxxis Larsen TT en medida 1,9 y unos pedales shimano SPD normalitos.

En unas tres horas de indescriptible diversión y emoción la bicicleta estaba montada.




Solo he tenido tiempo de probarla en un par de ocasiones. Primero en la Casa de Campo y posteriormente en una ruta sencilla por pistas con buen firme. Me gustaría tener criterio (o sensibilidad) suficiente como para poder hacer un análisis de la dulzura del acero, de su rigidez, de su geometría, de su capacidad escaladora o descendedora... pero, lo siento, no llego a tanto y eso que llevo practicando este deporte mucho tiempo y he probado unas cuantas bicicletas ya.




Sí puedo deciros que la postura a que me obliga la potencia de 130mm en conjunto con el manillar plano se me hace demasiado tumbada, acostumbrado ya a manillares de doble altura y potencias más benevolentes con mi cuello. La horquilla, a pesar de tener tantos años, funciona perfectamente. Una suerte. La transmisión también va fina y los frenos, bien ajustados, frenan de maravilla. Me llama también mucho la atención que lleva roscas en tirantes y punteras para instalar un portabultos... en una bicicleta de competición de XC de hoy en día sería impensable. Pero claro... antes las bicicletas valían para todo.




Las Maxxis Larsen TT son buenas rodadoras y bajando por terreno seco no he echado en falta agarre en curvas. El sillín y mi culo no se acaban de entender... pero es cuestión de tiempo.




Tengo en mente cambiar la potencia por otra más corta. Me fastidia, pero lo necesito. Los cierres de las ruedas que veis en las fotos también son provisionales, ya tengo encargados unos más discretos. Y no descarto hacerme con una tija recta, todo se andará.

Por lo demás, estoy encantado. Ir montado en ella, mirar para abajo y ver las letras de Kona Explosif me saca una sonrisa. No voy a adelantar a nadie con ella, ni subiendo ni bajando porque siempre he dicho que lo que importan son las piernas. No hago justicia a su carácter racing, lo sé. Pero... ¿Para qué quiero ir rápido? ¿Para llegar antes y tener que bajarme de mi KONA EXPLOSIF? Prefiero quedarme encima un ratito más.

Specialized FSR Enduro 2001

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Hace unos años tuve una Specialized Enduro de las primeras que sacaron. Al encontrar una foto de la bicicleta rebuscando en el PC he pensado que se merece una entrada en el blog.


Monté la bicicleta componente a componente. Compré el cuadro con amortiguador, juego de pedalier, tija y dirección y terminé de montarlo con una horquilla SR Suntour XC Pro de recorrido variable desde el manillar entre 60mm y 140mm y unas ruedas Mavic Crossride tan bonitas como pesadas. Para el resto de la transmisión y frenos elegí Shimano Deore y para los periféricos On-Off. Nada de lujos, pero quedó resultona.

El cuadro, de aluminio A1, venía con un amortiguador de muelle FOX Vanilla. No era mal amortiguador. Era bloqueable y ajustable en precarga y rebote. Además el cuadro incorporaba un casquillo (en la siguiente foto puede verse. Es de color rosa y está en la bieleta) que podía colocarse de varias maneras para variar el recorrido de la suspensión hasta un máximo de 116mm. Hoy en día sería ridículo una bicicleta de enduro con ese recorrido de suspensión. De hecho la Specialized Enduro actual tiene 155mm y la Epic, de XC, 100mm.


Cuando utilizaba la bicicleta con este amortiguador no me sentía cómodo. Soy peso pluma y el muelle, por dureza, no era el más adecuado para mi. Notaba la bici muy poco absorbente y algo rebotona. No me gustaba y decidí cambiar el amortiguador por un Rock Shox SID de aire con cámara positiva y negativa y ajuste de rebote.


Una vez configurado el SAG para este nuevo amortiguador el comportamiento de la bicicleta cambió completamente. No era posible bloquearlo, pero en cambio el confort aumentó considerablemente. Ahora sí me encontraba a gusto con la bicicleta.

Acabé desmontandola y vendiéndola por piezas. No la usaba demasiado y me daba mucha rabia tener una bicicleta como esta cogiendo polvo. Pero la verdad es que me divertía más con una Conor WRC3 rígida que tenía por entonces y que pesaba como 3Kg menos. Os parecerá raro pero fue así. Me sirvió para saber lo que es montar en una doble. Aprecié sobre todo su comodidad y su capacidad bajadora... pero de momento me quedo con las rígidas (aunque algún día tendré una Epic bien ligerita).


Imparables - Snow Epic 2015

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Si en entradas anteriores os recomendaba los reportajes "desde dentro" que el equipo de Imparables hacía de la Titan Desert no puedo dejar de recomendaros que veais el vídeo de la primera edición de la Snow Epic, una prueba por etapas celebrada en Suiza sobre las tan de moda fatbikes.



No sé si me llama más la atención la carrera en sí o el Bentley que conduce Josef Ajram desde Barcelona hasta Suiza...

Rotura de cadena y desviador

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Aprovechando el buen tiempo que ha hecho durante las vacaciones de Semana Santa mi cuñado Miguel y yo nos propusimos hacer una ruta sencilla por los alrededores de Conquista.



El recorrido, conocido por ambos, no entraña dificultades pero en esta ocasión nos salimos de las pistas para recorrer en descenso las sendas que abren los animales para bajar a beber al embalse. Muy divertido, la verdad. Podéis descargar el track de Wikiloc.




La ruta iba muy bien pero tengo la mala suerte de que ejecutar mal un cambio subiendo un repecho y la cadena se abre y me destroza literalmente el desviador.










Por suerte llevaba multiherramienta y tronchacadenas y pude volver a casa quitando el desviador roto, fijando la cadena en el plato pequeño y jugando con los piñones para cambiar de desarrollo. Aprended, si no sabéis, a usar el tronchacadenas y llevad uno siempre en vuestras rutas. A mi, en este caso, me libró de caminar 9 Kilómetros.


BiciCoa 2015

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Como el año pasado por estas fechas y con el firme propósito de que se convierta en tradición, el pasado 29 de mayo Perdedores BTT celebramos la segunda edición de la BiciCoa (rutita en bici + barbacoa).



El día previo al evento llovió con ganas en los alrededores de Las Navas del Marqués pero el sábado amaneció un excelente día de primavera. Puntuales a la cita, Raúl, Jaime, Susana Jesús, Pablo, Miguel y un servidor nos vestimos de corto para en torno a las diez de la mañana comenzar a dar pedales con la ilusión, en mi caso, de quien lleva meses preparando esta reunión de amigos. No quiero comenzar esta crónica sin señalar que echamos mucho de menos al resto de perdedores que por diversos motivos no nos acompañaron en la ruta. El año que viene habrá otra y cuento, por supuesto, con todos.



Creo sinceramente que en la primera edición de la Bicicoa salió todo bastante bien pero si algo podía mejorarse era el recorrido de la ruta. Esta vez he tenido todo un año para planear una ruta asequible para el nivel de todos los participantes (especialmente el mío puesto que soy el más flojo) y que tuviera de todo un poco: subida, bajada, pista, sendero, paisaje y llaneo para poder echar un rato de charla, puesto que algunos hace meses que no nos vemos.

El track puede descargarse de Wikiloc
 Los caminos que van desde Navalperal de Pinares a Las Navas del Marqués apenas acumulan desnivel y tienen buen rodar. Son una buena opción para calentar las piernas.



Atravesamos el polígono industrial y giramos por la calle central para justo después del punto limpio tomar un camino a la derecha que comienza en suave descenso... hasta que la cosa cambia y nos encontramos con la primera rampa del día. Venimos frescos y el ascenso no nos supone ningún problema. Mantenemos cota sin salirnos del pinar hasta que la pista comienza a descender, momento que Jaime aprovecha para adelantarnos con talento y grabar algunas tomas con su cámara subjetiva que utilizaremos para montar un vídeo que ya compartiremos en el blog.



Como podéis ver en la foto ha montado una horquilla rígida de carbono PRO. Personalmente me encanta la idea y le digo que el siguiente paso será montarse unos frenos V... pero por ahí dudo que pase.
Retomando el hilo de la ruta, tras la bajada revirada y llena de raices y piñas sobre las que Jaime parecía volar atravesamos la M505 para al otro lado tomar otra pista en ligero descenso. De momento parece que la cosa va de llanear y bajar y movemos buenos desarrollos con alegría permitiéndonos el lujo de aprovechar las rocas de los bordes del camino para tirar pequeños saltos de perdedor. Salimos de la pista para tomar un camino que se abre a la derecha. En este giro hay que estar atento porque se ve que es un sendero poco transitado y la vegetación se ha apoderado de él. Apenas veinte o treinta metros de ascenso para perder altitud drásticamente y pasar de los 1.229 a los 1.157 metros en menos de un kilómetro.



Y a partir de aqui... a subir sin parar. Hay que recuperar altitud hasta los casi 1.300 metros de Las Navas del Marqués. Las primeras rampas son las más duras. No sabría deciros el porcentaje, pero las piernas picaban y el corazón se empeñaba en salirse por la boca. Lo normal en estos casos: se pone uno en modo sufridor-cabezón y a dar una pedalada detrás de otra que no hay cuesta que mil años dure.



Y así como quien no quiere la cosa la pista se convirtió en un falso llano constante que si bien tenía un rodar mucho menos agónico exigía lo suyo, así que de vez en cuando había que darle un mordisquito a una barrita y prestar mucha atención a beber agua porque hacía un calor considerable aún bajo la sombra de los pinos.



El primer problema mecánico lo protagonizó el Bombi (Pablo) al encontrarse con la cubierta totalmente desinflada en un corto tramo de bajada que el camino nos regaló en forma de tregua. Nada que no se solucionara en cuestión de minutos... que a mi me sabieron a gloria porque los aproveché para reponer fuerzas. Pero el Bombi abrió la lata y Miguel se llevó el premio gordo. Poco depués de reanudar la marcha él y Jaime se quedaron retrasados dándole aire a la rueda delantera de Miguel, que parecía que perdía.

Una grata sorpresa que pude darles a los perdedores con la colaboración de Susana fue un pequeño abituallamiento al segundo paso por Las Navas del Marqués. Resulta que Susana ha estado lesionada de una rodilla una larga temporada y no ha podido coger el puntito de forma necesario para poder hacer esta ruta con garantía, de manera que la convencí para que nos acompañara los últimos 10 kilómetros y de paso al unirse a la expedición se trajera en el coche una neverita bien provista de bebidas frescas y algo de picoteo que nos vinieron, ciertamente, de lujo.




Tras volver a darle aire a la rueda de Miguel continuamos la ruta bajando por un sendero que corre paralelo a la M505 entre Las Navas del Marqués y el barrio de la estación. A mitad del sendero tuvimos que volver a parar y dos veces más una vez llegamos a la estación por el problema con la rueda de Miguel. Ya sabéis, si habéis leído un poco el blog y/o me conocéis, que suelo ser bastante excéptico con los adelantos técnicos que se aplican a nuestro deporte. Más aún si los departamentos de marketing de las compañías de la industria nos los venden como la solución a todos nuestros problemas... pero no voy a enrollarme con pataletas de abuelo cebolleta. La cuestión es que el tubeless de la rueda delantera de Miguel dijo que de aguantarse el aire dentro nanai y tras varios inflados, una reposición de líquido sellador y un cambio de obús de válvula la única solución fue meter una cámara de las de toda la vida a la rueda.



Solucionado el percance pasamos por debajo de la vía del tren para recorrer el tramo de asfalto que une la estación de Las Navas con la urbanización Ciudad Ducal, nuestro próximo lugar de paso.
Atravesamos esta urbanización de lujo de este a oeste para, pasando por el lago, descender hasta el embalse recorriendo sin duda los parajes más espectaculares de toda la ruta.



Pero toca volver a recuperar cota. En los últimos 3 Km de ruta ascendemos unos 150 metros, pero cada uno a su ritmo superemos la dificultad sin demasiados problemas. Más aún sabiendo que se trataba del último esfuerzo y que la recompensa sería una bebida fresquita bien merecida.



Unos 32 kilómetros de divertida ruta con casi 700 metros de desnivel acumulado dejan el listón alto para el año que viene. Tendré que comenzar pronto a explorar nuevos recorridos para la edición del año que viene



Y por supuesto, agradecer a los familiares y amigos que hicieron posible que cuando llegamos pudieramos disfrutar de una buena barbacoa.







El año que viene repetiremos. ¡Os espero a todos!

Primer vídeo Perdedores BTT

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Las cámaras subjetivas dan mucho juego. Muestra de ello este vídeo que hemos montado los Perdedores juntando trocitos de nuestas últimas salidas en bicicleta.


Las rutas nocturnas de Jaime

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Reconozco no haber hecho nunca una ruta nocturna ni ser usuario, en consecuencia, de material de iluminación para las mismas.
Hace tiempo publicamos una entrada que hablaba sobre el foco que nuestro perdedor Juancar había comprado para entrenar en la Casa de Campo (principalmente). Viendo el precio de este foco y de los que se publican en los comparativos de las revistas del sector me ha llamado poderosamente la atención el hecho de que existan modelos a la venta en ebay (y similares) muchísimo más baratos.

Jaime ha tenido la oportunidad de probar alguno de ellos en la ruta nocturna Virgen de la Oliva, celebrada en Serrejón:

https://www.runtastic.com/es/usuarios/jaime-santos-anton/sesiones-deportivas/1003540898






Como me gusta hacer en estos casos, directamente reproduzco el texto de Jaime tal cual lo escribió:



"Para los que tengan dinero de sobra y quieran cosas que no van a usar en la mayoría del tiempo de su vida después de hacer la nocturna de Monfragüe con varias luces entre ellas esta en el manillar:
tengo que decir que la del casco a partir de la primera hora empieza a incomodar, pesa un poco (200 gr) pero consigue que te acabe doliendo el cuello. Mi consejo al igual que con las cámaras de video, es no ponerlas en el casco, acaban resultando pesadas, produciendo movimientos de casco indeseados y en definitiva deseando no haberla colocado ahí. En cuanto a iluminación, sin ninguna duda, la del manillar del primer enlace tiene dos niveles de intensidad y con el mínimo hice toda la ruta un día de luna nueva y las baterías son asequibles con un precio de nos 8 euros (yo estuve más de hora y media con ella y seguía iluminando igual) en la primera parada que hice de noche me quité la del casco y la mandé a la mochila castigada"

 


El precio parece no ser un problema para hacerse con un equipo de iluminación para realizar rutas nocturnas... ¿Qué tal una nocturna perdedores btt? habrá que pensarlo...

Ilustres perdedores: Jaime

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Me gusta pensar que he contribuido a crear un gran aficionado a la bicicleta de montaña en la figura de Jaime. Cuando nos conocimos, allá por 2007 si la memoria no me falla, su pasión era la pesca. Hicimos buenas migas, compartimos conocimientos sobre ambas aficiones y Jaime acabó convirtiéndose en un perdedor sobre ruedas y yo en un discreto pescador. No damos para más.




Ni mucho menos le enseñé a montar en bicicleta, faltaría más, pero regué esa semillita del germen ciclístico que tenía dentro… especialmente en lo que a mecánica se refiere. Enseguida se hizo con un buen cuadro RCZ de escandio que vistió con selectos periféricos… más modestos al principio y sustituyéndolos por otros de mayor calidad progresivamente. Yo, en paralelo, me fui comprando una caña para pescar a mosca y herramientas para montar señuelos… pero eso es otra historia.
Buscador incansable de chollos en Internet, Jaime conseguía excelentes componentes a muy buen precio con los que acabó configurando una bici de categoría con la que recorrer las pistas y senderos de los alrededores de Losar de la Vera, su querido pueblo natal, en ocasiones solo y en ocasiones disfrutando de la compañía de Susana, ilustre perdedora con la que comparte esta pasión y otros amigos y amigas.



Pero cuando te ha picado el gusanillo es difícil resistirse a la atracción de la escalada armamentística (ciclísticamente hablando, entiéndase) y curioseando por la red Jaime se encontró con un anuncio de venta de segunda mano de una flamante Scott Scale de carbono del bueno y pintada con los colores de su tierra. Imposible resistirse. Como si el dinero le quemara en el bolsillo ese mismo día quedó con el vendedor y la compró. Un acto algo  impulsivo del que ciertamente no se arrepiente. Mejoró los ya de por sí buenos componentes de la Scott en parte aprovechando piezas de su anterior montura y en parte con nuevas adquisiciones… siempre carbónicas. Porque si algo le gusta a Jaime es el carbono, eso es un hecho innegable, siempre y cuando lleve asociado el ahorro de peso que se le supone a este material. Así ha conseguido dejar (de momento) su Scale en menos de 9 kilos. Excelente peso.
Dejando aparte las bicicletas y centrándonos en el ciclista, que es lo que verdaderamente define a un perdedor, Jaime es un compañero de rutas de lo mejorcito. Mantiene una buena forma física todo el año, no sé cómo lo hará, pero adapta su ritmo en función de la compañía y sabe disfrutar de una buena conversación cuando el recorrido lo permite. Eso sí… bajando no tiene piedad. Si te tiene que adelantar saliéndose del camino lo hará. Técnicamente es muy bueno y además valor no le falta. Subiendo imagino que también será bueno… no puedo saberlo porque como siempre llego el último arriba nunca me entero de cómo han resuelto la ascensión el resto de amigos.


Jaime es de los pocos (tal vez el único) perdedor que se apunta con frecuencia a rutas organizadas, generalmente por los alrededores de su pueblo. Sin carácter competitivo, por el mero hecho de disfrutar del recorrido y de la compañía de sus amigos sobre ruedas. Y disfruta especialmente viajando en bicicleta. Hace unos años compró un carrito que ancla al eje trasero de su bicicleta para transportar de forma cómoda todo el equipaje necesario para recorrer kilómetros y kilómetros en compañía de Susana. Actualmente está preparando el recorrido de su segundo asalto al camino mozárabe, entre Córdoba y Mérida. El año pasado viajaron de Granada a Córdoba. Le tengo medio convencido para que nos regale los ojos con una crónica detallada que podamos colgar en el blog para disfrute de todos.




Desde hace unos meses Jaime ya no trabaja en Madrid. Tuvo que decidir entre mantener su puesto de trabajo estable en la capital pero lejos de los suyos o comenzar una nueva etapa en su pueblo, junto a su familia y su novia… pero con cierta incertidumbre laboral. Eligió (sabiamente) lo segundo y aunque los que disfrutábamos a diario de su compañía y su humor grosero le echamos infinitamente de menos nos alegramos por él porque la cabra tira al monte y ahora está donde debe estar: cerca de Susana, de sus familiares y amigos, de sus caminos preferidos y de sus peces. En su queridísimo Losar de la Vera, de donde es natural… o silvestre, más bien.

Subida al Mondúver (por Juancar)

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Juancar alterna la bicicleta de montaña con la de carretera. Y en sus vacaciones estivales no falta una buena ruta para mantener el punto de forma. En esta entrada nos cuenta cómo fue su subida al Mondúver, puerto valenciano de primera categoría que si atendemos al criterio explicado en este enlace.




"El despertador sonó a las 8:00 de la mañana y aunque tuve la tentación de quedarme en la cama, me levanté. El día amaneció nuboso, surgieron algunas dudas en mi cabeza, pero al final desayuné, me enfundé el maillot y salí con la bici con el objetivo de subir al Mondúver.
La primera parte fue bastante rápida, de Gandía a Tabernes por las huertas, luego a Simat para encarar la subida que lleva hacia Barx. Esa subida la recordaba más dura pero quitando los primeros 300 metros lo demás fue coser y cantar, incluso dejando algunas víctimas por el camino.
Crucé el pueblo no sin antes comprar una botella de agua y me lancé a la subida del Mondúver. El sol empezaba a salir tímidamente pero la temperatura era idónea para montar en bici. Me costó encontrar el camino de subida. Fue a la tercera cuando lo conseguí. Ya la primera rampa me dio la primera bofetada, casi al final tuve que poner pie a tierra para terminar de subirla andando. Después seguí subiendo... más bien sufriendo para poder avanzar metro a metro y conseguir alcanzar el objetivo. Hubo momentos de flaqueza, de decir: "pfff...paso". Pero sólo por no oír a mi hermano, no me rendí. Seguí subiendo y poniendo pie a tierra cuando las rampas del 33% hacían su aparición. Pero finalmente, subí, llegué a la cima (o a la sima como dicen por aquí) y la satisfacción fue máxima.
Después fue bajar y llegar a Gandia en 30 min para darme un baño en la playa, el cuál era más que merecido.
Aquí os dejo el vídeo para que veáis la cara de fatiga/alegria cuando llegué arriba."



Gracias, Juancar, por hacernos partícipes de este logro.

Ruta Mozárabe - Granada - Córdoba - Capítulo 1 (por Jaime)

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El año pasado y después de disfrutar del merecido descanso en verano, mi chica y yo conseguimos juntar una semanita más de vacaciones en el mes de Octubre.
Cuando nos empezamos a plantear qué hacer surgió la idea de realizar parte del Camino de Santiago en Bicicleta. No sé en qué momento llegó a nuestros oídos algo denominado “Ruta Mozárabe”. Tras buscar información por Internet entendimos que era una “variante” diferente del camino de Santiago y que una de las opciones para realizarlo era unir Granada con Santiago, en los primeros instantes surcando Cañadas, Vías Pecuarias y caminos para luego continuar (desde Mérida) por la Vía de la Plata hasta unir con el Camino de Santiago Francés.
Nos gustó la idea y nos pusimos a investigar más a fondo, que recorrido realizar, que material llevar, dónde dormir y hospedarse…
La idea de este primer viaje era unir Granada con Córdoba en tres días (165 km aprox.).






El recorrido:
En teoría esto era lo sencillo, las localidades y paradas existentes en este tramo no daban mucha más opción. Dividiríamos el camino en tres etapas:
  • Etapa 1: Granada – Alcalá la Real:Distancia: 55,8 Km 
    Localidades:Granada (0 Km), Atarfe(10,5 Km), Sierra Elvira (14,2 Km), Pinos Puente (18,4 Km), Olivares (30,5 Km), Moclín (33,9 Km), Cequia (45,1 Km),  Alcalá la Real (55,8 Km) 
    Ascenso: 1144 m 
    Descenso: 912 m 
    BYC: 92
     
    • Mapa Google Earth
    • Perfil Google Earth
    • Perfil Wikiloc (Tras realizar la ruta)

  • Etapa 2: Alcalá la Real – Baena:Distancia: 48,6 Km 
    Localidades:Alcalá la Real (0 Km), Puerto Llano (4,8 Km), Ventas del Carrizal (11,5 Km), Alcaudete (22,8 Km), Baena (48,6 Km) 
    Ascenso: 655 m 
    Descenso: 1177 m 
    BYC: 40

    • Mapa Google Earth
    • Perfil Google Earth
    • Perfil Wikiloc tras realizar la ruta


  • Etapa 3: Baena – Córdoba:Distancia: 58 Km
    Localidades: Baena (0 Km), Castro del Río (19,9 Km), Córdoba (58 Km)
    Ascenso: 751 m
    Descenso: 1053 m
    BYC: 52
    • Mapa Google Earth
    • Perfil Google Earth
    • Perfil Wikiloc tras realizar la ruta

* En la planificación de etapas utilicé el Google Earth y, aunque visualmente es casi perfecto y en distancias también es bastante fiable, tengo que indicar que en cuanto a perfiles y altimetría engaña un poco (Sobre todo en la etapa 1 y 3 se le olvidó mostrar un par de subidas de las que luego nos acabamos acordando).

Como habéis podido observar se planificaron tres etapas, siendo la intermedia, en teoría, la más sencilla (para recuperar el cansancio del primer día y poder preparar el siguiente), la distribución de las localidades en el recorrido y la presencia de Hostales fueron los puntos que limitaron las etapas, aunque seguro que se podría haber realizado de otra forma.

Sobre el papel no parecía complicado, a excepción de una pendiente muy pronunciada para la subida a Moclín del primer día.

Para toda esta labor utilicé varios aplicaciones, Wikiloc para obtener las diferentes versiones de los trazados realizados por los “peregrinos”, una vez obtenido el track la mayor parte de las modificaciones las realicé con el CompeGPS, añadí la altímetría con el GPSVisualizer (Web) y cree los mapas para el Garmin Etrex 20 utilizando el MOBAC y JnxCustomizer gracias a los manuales de Iogrea (www.iogrea.com).

Los alojamientos:
Una vez definido el recorrido y las paradas no lo dudamos y reservamos el alojamiento en los puntos de parada, en nuestro caso en Granada (en el que estaríamos tres días para aprovechar el viaje y visitar esta asombrosa ciudad), Alcalá la Real, Baena y Córdoba (en el que también estaríamos dos días).

En cuanto a las paradas para alimentarnos decidimos siempre llevar algo en la mochila (o el carro) y definimos unos puntos de parada para comer a mitad de etapa aproximadamente, en la primera etapa la parada se realizó en Moclín, en la segunda en Alcaudete y en la tercera la idea era realizarlo en Castro del Río aunque nos parecía demasiado pronto.

El Material:
Las Bicicletas:
Por suerte, tanto mi chica como yo contamos con unas bicicletas de montaña bastante decentes que hemos ido preparando durante mucho tiempo, aunque no son bicicletas adaptadas para la realización de grandes rutas con alforjas.

Ambas son de 26 pulgadas (ahora que están de moda el resto de tamaños hay que remarcar este detalle) y en las ruedas montamos unos neumáticos SchwalbeRocket Ron (ligeros y con bastente agarre) y un cassette 11-32 de 9 velocidades (creo que esto es en lo único que son iguales las bicis).

Equipo de transporte:
En este punto lo tuvimos claro, hace tiempo que compré en un arrebato (de esos que Moi dice que nos quema el dinero en la mano….) un carro para la bicicleta. Este se engancha por el eje trasero cambiando el cierre automático por uno con unos pequeños salientes. De esta forma se puede montar en bicicletas de carbono sin poner en peligro el cuadro. En concreto este (http://www.ebay.es/itm/Remolque-para-bici-bicicleta-de-carga-carrito-carro-trasporte-por-cicloturismo-/261845660724?var=&hash=item3cf737b434) con la diferencia de que a mí me costó 70 euros envío incluido.



El carro es bastante grande, y aunque tiene mayor peso que unas alforjas también tengo que comentar que es bastante estable estando en movimiento y que tiene muchísima capacidad, además tiene la ventaja de que no añade todo el peso a la bicicleta (a la rueda trasera en este caso) sino que lo reparte entre la bici y la propia rueda de la que dispone, evitando así roturas de radios no deseadas. Además la tela que lo cubre es impermeable.Incluso así llevamos una pequeña manta de plástico por si la lluvia nos hacía cubrir el material y un par de eslingas por si debíamos atar algo.

Además del carro decidimos cargar con una pequeña mochila a la espalda en la que llevaríamos el material de primera necesidad como agua en el camelbag, algo de comida, gafas …

Herramientas:
Aquí lo tenía claro, si para darme una vuelta de 30 minutos llevo de todo, aquí no íbamos a ser menos, buscando la ligereza y poder resolver cualquier imprevisto nos preparamos un apartado con lo siguiente:
  • Tres cámaras de 26” (montamos tubeless pero en caso de rajar una cubierta el líquido no lo solventa con lo que esto es la mejor opción).
  • Una cámara de 16” (para el carro).
  • Una cubierta de 26” (es raro romper una cubierta pero puede pasar y echar al traste una etapa).
  • Tronchacadenas, llave multiusos, desmontables para ruedas, bomba de inflado, parches, válvulas de repuesto, tornillos varios (calas, botellero…).
  • Un par de pilas RS232 (para cuentakilómetros).
  • Un cierre rápido adicional para el eje trasero de conexión al carro.
  • Un botecito de aceite para engrasar la transmisión si fuera necesario.
  • Un cable de cambio.
  • Bridas
  • Diez metros de cordino.
Botiquín:
Normalmente no suelo llevar nada de este tipo en la mochila, a excepción de algún ibuprofeno. En este caso preparamos un pequeño tupper con lo más básico: alcohol, Reflex, yodo, una venda, gasas, ibuprofeno, tiritas, aspirinas en gránulo (en los foros lo recomendaban para tomarlo al finalizar la ruta y relajar los músculos), un bote de vitaminas y una manta térmica. Susana añadió una rodillera, la pierna izquierda le llevaba dando dolores algún tiempo.

Electrónica:
Además de los típicos cuentakilómetros que llevamos en nuestras bicicletas decidimos llevar alguna ayuda más con un GPS Garmin Etrex 20, que nos aportaba confianza al mostrar continuamente el recorrido (los móviles también lo hacen pero este GPS se puede poner en el manillar con un soporte especial sin miedo a que se caiga), este lo complementamos con un juego de recambio de pilas AA (en teoría aguantan 24 horas en pleno funcionamiento). También añadimos dos luces a cada bici, una trasera y una delantera e incluimos una batería externa de recarga de móviles.

Ambos llevaríamos además nuestros móviles con aplicaciones de registro de actividad, en mi caso un Xperia Z1 Compact con banda de pecho ANT+ del decathlon y las aplicaciones Runtastic, Endomondo y BKool activadas, en el caso de mi chica un LG G2 con banda de pecho ANT+ Bkool y las aplicaciones Endomondo y Bkool.

Equipación ciclista:
Un par de culottes y dos o tres maillots serían suficientes para la realización de dos etapas, las zapatillas con calas, casco y gafas de sol completaban el material especial para la bicicleta.

Ropa adicional:
Pensando en el momento de aparcar la bici por la tarde/noche incluimos unas chanclas y ropa cómoda, también unas zapatillas deportivas para en caso de tener que andar y empujar la bici.
En la parte de aseo, un par de toallas del decathlon, esponja, gel, champú y esponja además del cepillo, pasta de dientes y demás utensilios de uso diario.
Además, por nuestra parte, y una vez llegados a Granada queríamos visitar la ciudad dos o tres días por lo que también necesitábamos llevar ropa para estos días.

Material de avituallamiento:
Decicimos que en todo momento llevaríamos en la mochila algún gel, barritas energéticas o bebidas isotónicas por lo que no lo dudamos y en el decathlon más cercano compramos geles aptonia, botes de polvo para preparar bebidas isotónicas también aptonia y unas barritas de cereales.

El viaje de ida y vuelta:
Aquí nos encontramos con otro dilema, ¿Cómo realizábamos el recorrido Granada – Córdoba e intentábamos tener el coche disponible en la salida y la llegada de nuestro viaje? La idea era dejar el coche en Córdoba, mediante algún medio de transporte viajar hasta Granada, bicis incluidas, visitar la ciudad y tras el viaje de vuelta en bicicleta recuperar el coche en Córdoba.

Para este menester tuvimos la suerte de que Alsa autobuses transporta bicicletas si lo contratas con anterioridad así que compramos el billete desde Córdoba a Granada y por 20 euros más nos incluyeron las dos bicicletas.

Ya estaba todo preparado, sólo faltaban las piernas y esperar el día de inicio.

Ruta Mozárabe - Granada - Córdoba - Capítulo 2 (por Jaime)

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Día 19 de Octubre de 2014, Losar de la Vera.

El día empezó colocando maletas, carro y bicicletas dentro de un Renault Megane Sedane. No me gusta llevar la bici fuera del coche por lo que siempre las transportamos en los asientos traseros, eso sí sin ruedas, sujetas a los sillones y reposacabezas con unas buenas eslingas. En el maletero colocamos el carro con el material que nos llevaremos para visitar Granada (casi tres días) y con la que realizaríamos la ruta mozárabe en bicicleta. Además una maleta con ropa que nos encontraríamos a la llegada a Córdoba cuando la ruta hubiera finalizado.

Comenzamos el viaje, por delante quedaban 344 kilómetros (tres horas y algo en coche) que con la emoción del día se hicieron cortas. Antes del mediodía llegamos a Córdoba, aparcamos cerca de la estación de autobuses, junto a un hotel en el que las cámaras de seguridad están vigilando todo el día (qué suerte, el coche se va a quedar ahí 5 o 6 días, mejor que esté controlado). Buscamos una cafetería y nos tomamos unas raciones y unos refrescos, hay que prepararse para el viaje.

Una vez finalizado el tentempié volvimos al coche y nos pusimos a preparar el equipo para la ruta. Es Octubre, el tiempo es bastante cambiante, pero por tema peso y espacio decidimos dejar toda la ropa de abrigo en el coche (chaquetas, chubasqueros, culottes largos…), esperando no echarlo en falta. Pero el peso ya era demasiado, estoy seguro de que superaba con creces los 20 kilogramos el dichoso carrito.










Montamos las bicis y el carro y nos dirigimos a la estación a buscar nuestro autobús Alsa. Allí, por 10 euros más nos permiten cargar las bicis en el portamaletas del autobús. En teoría te obligan a llevar algo para cubrirlas y no manchar las maletas para lo que nosotros llevábamos una manta fina de plástico que luego desechamos. 
Lo que no sabíamos, pero para lo que también íbamos preparados, es que no te dan nada para sujetar las bicis por lo que irían sueltas en ese espacio y podría romperse algo. Por suerte teníamos nuestras eslingas que nos sirvieron para sujetar ambos cuadros, sin rueda delantera, a una de las columnas del maletero y a los cuadros las dos ruedas.









El  viaje transcurrió sin complicaciones y además pudimos ir viendo alguna de las localidades por las que pasaríamos en el camino de vuelta. Eso sí, fueron casi tres horas de camino.

Una vez en Granada nos dispusimos a descargar las bicis. Para nuestra sorpresa había habido un par de percances en el transporte (posiblemente por errores nuestros en la sujección) y tanto el soporte de manillar para la Gopro como el sensor de velocidad del cuentakilómetros se habían partido, allí mismo y con un poco de cianocrilato pudimos reparar el cuenta. El problema del soporte se solventó con un par de bridas.










Montamos de nuevo las ruedas, el carro, casco y guantes y a pedalear, por fin íbamos a realizar algún kilómetro con el peso real de ruta y con el carro.
Recorrimos medio granada pedaleando, casi anocheciendo, por las calles más céntricas y sin problema, eso sí, con ropa de calle y zapatillas de deporte, incluso así, las sensaciones al transportar el carro eran buenas.
Por fin llegamos a nuestro alojamiento, un pequeño apartamento que habíamos alquilado para los siguientes tres días.
Desde aquí y en los días sucesivos nos dedicamos a disfrutar de Granada, la Alhambra, la judería, el mirador de San Nicolás…













Ya sólo nos quedaba esperar al despertar del día 22, era el día que habíamos decidido comenzar nuestro viaje.

Ruta Mozárabe - Granada - Córdoba - Capítulo 3 (por Jaime)

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Etapa 1 – Granada – Alcalá la Real:

Día 22 de Octubre de 2014, Granada:

Ya nos habíamos encargado la noche antes de dejar todo el material preparado, las bicicletas montadas y revisadas (tuve un percance con un obús cuando inflé la rueda por lo que tuve que cambiarlo), el bolso con casi toda la ropa y material distribuido y en su carro…
Desayunamos, devolvimos las llaves del apartamento y tras enfundarnos en nuestra ropa técnica nos pusimos manos a la obra, nos tocaba cruzar toda Granada para encontrar el camino que nos dirigiría hasta Alcalá la Real, nuestro punto de llegada en el día de hoy.
Sobre el papel se trataban de unos 55 km con 1144 metros de ascenso acumulado, no parecía dura a excepción de una pendiente muy pronunciada para llegar a Moclín.
Antes de salir de granada pasamos por delante de la catedral y compramos unos piononos (dulce típico de granada) para el avituallamiento.



Conseguimos salir de Granada, no sin antes tomar un desvío sobre el camino prefijado ya que las aguas subterráneas habían inundado uno de los túneles por los que teníamos que cruzar la autovía. Al momento nos encontrábamos en un camino ancho (inicios de una urbanización sin ninguna construcción, tema de la crisis imagino), tras esto un sendero pegado a un curso de agua nos hace cruzar un polígono y llegar por fin el primer indicativo de Camino de Santiago.




Desde este punto, pasando por Atarfe, donde sellamos nuestra credencial, y hasta llegar hasta Pinos Puente la pista es ancha y sólida, se rueda sin problema y los kilómetros se van consumiendo como por arte de magia, lo hemos cogido con ganas.
De momento la gráfica no engañaba, y ahora había que cruzar un cerro para llegar a Olivares, con su correspondiente subida, el calor hace acto de presencia y la pendiente aunque no es dura se nota, llevamos ya casi 25 km, buen ritmo.
El cerro se caracteriza por campos de olivos, no hay otra cosa, y al fondo siempre se vislumbra la figura del Castillo de Moclín, el hito complicado del día.



Llegamos a Olivares y paramos en un bar a tomar un merecido avituallamiento, un refresco, un pincho, una barrita… todo será poco. El camarero también nos sella la credencial y nos comenta que la subida a Moclín es dura, pero que no hay otra alternativa (a parte de la carretera) para subir en bicicleta.


Nos ponemos manos a la obra, los primeros 200 metros son duros pero se llevan, se puede pedalear y avanzamos, pero hasta aquí se ha dicho, tenemos que echar pie a tierra, quitarnos las zapatillas de bicicleta y calzarnos unas deportivas, la pendiente no es normal, el firme resbala y es imposible avanzar, Susana sube su bici 50 metros, la deja en el suelo y baja a echarme una mano para subir la mía con el carro, inhumano, las imágenes hablan por sí solas.



No hay palabras que describan este ascenso, con la Ermita a mitad de recorrido. 



Por fin alcanzamos nuestra cima del día, son las cuatro de la tarde, buscamos un restaurante y todo está cerrado, tenemos hambre y parece que uno de los camareros nos lo nota en la cara y conseguimos convencerle para que nos prepare un par de bocatas, hay que recuperar fuerzas, hemos tardado más de una hora en superar los 4 kilómetros de distancia y más de 400 metros de ascenso. 


Desde este punto y habiendo recorrido ya 40 kilómetros en teoría comenzaba la parte sencilla del recorrido, pero todo es teoría, el descenso de Moclín (subimos para descender, ya podían haber dado una vueltecita al cerro) se realiza entre dos olivares por un camino roto y casi sin marcar, seguidamente tomamos una pista, cruzamos la carretera y continuamos por la pista, hasta un punto en el kilómetro 45 en el que el camino parece que gira a la izquierda, pero el GPS y la señalización dice otra cosa, toca subir por la pendiente de un olivar cultivado, sin camino, sin senda, sin la más mínima comodidad para ascender, volvemos a las andadas y volvemos a empujar la bicicleta, camino intransitable incluso sin carga. Sólo es un kilómetro pero se vuelve a hacer eterno hasta que volvemos a entrar en una pista.
Desde aquí y hasta el final de la ruta una pista ancha para vehículos nos acompaña, los últimos dos o tres kilómetros un camino de Hormigón y por fin entramos en Alcalá. 



Llegamos al Hostal Río de Oro, dónde nos abren una habitación/almacén para guardar las bicicletas y dónde nos damos la merecida ducha.
Al final han sido 62 kilómetros, 1159 metros de ascenso acumulado y 9 horas y 46 minutos desde la salida (contando descansos, paradas, avituallamientos, comida y demás…). Las últimas pendientes para llegar a Alcalá no se mostraban en la gráfica de Google Earth y aunque no eran muchas, tras 50 kilómetros no eran un plato de gusto.
Susana no puede con su rodilla, la molestaba antes de empezar y el dolor ha ido empeorando, las pendientes pronunciadas no han ayudado a calmarla, si sigue así su idea es coger mañana mismo un autobús a Córdoba. Un masaje tras la ducha y salimos a cenar, tenemos la suerte de encontrar un bar de tapas, consumición más tapa a elegir con opción de pedir más a parte de la consumición, todo espectacular, cada tapa sorprende más y comemos mientras rememoramos el día, una aspirina para el cuerpo y seguimos disfrutando de la cena.
Tras cenar recorremos un poco la localidad, no nos apetece nada, estamos cansados, pero hay que estirar las piernas, la idea es ver el castillo pero cuando estamos llegando apagan las luces, media vuelta y a descansar.

Mañana será otro día, veremos si buscamos el autobús o nos enfundamos de nuevo el culotte y el casco.

Ruta Mozárabe - Granada - Córdoba - Capítulo 4 (por Jaime)

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Etapa 2 –Alcalá la Real – Baena:

Día 23 de Octubre de 2014, Alcalá la Real:

Despertamos  temprano, sobre las 8 de la mañana, Susana se resentía de su rodilla y todavía no habíamos decidido si coger el autobús o continuar en bici, bajamos a desayunar a una panadería/bollería que había cerca, las tostadas con tomates, los bollos y el café reavivaron nuestros ánimos y tras un chute de ibuprofeno decidimos continuar, o al menos probar, a realizar la etapa.


Nos disfrazamos de ciclistas, rehicimos el bolso y lo colocamos en el carro, casco, guantes y cortaviento (la mañana estaba fresca) y comenzamos a pedalear, sobre el papel nos quedaban 48 km y 655 metros de ascenso acumulado, aparentemente etapa mucho más sencilla que el día anterior.
Al apoyarnos sobre el sillín nos dimos cuenta de que el culete se resentía un poco, pero nada más allá de lo normal, debería pasarse con los kilómetros. No llevábamos 1 minuto dando pedales cuando dimos con la Oficina de Turismo de Alcalá la Real en la que entramos a recoger información sobre el camino y a sellar las credenciales.


En los primeros 5 minutos ya nos sobraba el cortavientos, las cuestas eran cortas pero el sol comenzaba a calentar.
Recorriendo pistas de firme ancho, con algún tramo corto de carretera en 23 kilómetros nos pusimos en Alcaudete, mitad de ruta, parada para comer.


Antes de parar subimos a ver el castillo, un pequeño repecho y llegábamos arriba. Allí se localizaba la oficina de turismo por lo que volvimos a sellar la credencial.
Foto de rigor y a continuar, apretaba el hambre.


Tras dar unas cuantas vueltas decidimos comer en la terraza de un restaurante. La verdad es que no nos podemos quejar del menú del día, salmorejo, lasaña, pescados a la plancha… todo espectacular.
Tras “Llenar el buche” nos dispusimos a continuar, Susana se resentía de la rodilla pero el dolor era soportable y el ibuprofeno de por la mañana había hecho su efecto.


Al salir de Alcaudete tomamos una pista ancha, esta nos llevó hasta el margen de un río con unos toboganes de traca, bajar para subir, pero subir costaba bastante más.
Tras esto de nuevo pista ancha y muy ciclable, entre olivos, hasta llegar a la Laguna del Conde o Salobral (en la foto, si os fijáis el camino discurre a la derecha)  con gran cantidad de aves acuáticas, y de nuevo a la selva de olivos. 


Desde aquí hasta Baena sólo restaban 12 kilómetros de un falso llano sobre pista ancha, sin problema.
Llegamos cansados tras el segundo día, pero contentos, la rodilla había respetado a Susana, los sillines iban comenzando a hacerse más cómodos y las piernas estaban con fuerzas.
Esta vez nos alojamos en el Hostal Los Claveles. Aquí nos guardaron las bicis en un hueco de escalera junto a la vivienda de la propietaria.
Como el día anterior, ducha, masaje a la maltrecha rodilla de Susana y a pasear un poquito por el pueblo, visitamos la muralla en la parte alta y tras esto la cena y de nuevo la aspirina para relajar músculos.


Parece que tras este día y a falta de una jornada, no porque no doliera, tal vez por la ilusión, tal vez por verse capaz de conseguir lo imposible, Susana empezaba a dar menos importancia a la rodilla y no comentó nada sobre tomar un autobús al día siguiente.

Ruta Mozárabe - Granada - Córdoba - Capítulo 5 (por Jaime)

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Etapa 3 –Baena – Córdoba:

Día 24 de Octubre de 2014, Baena:

Empezaba el último día de travesía, nos levantamos temprano, ante nosotros en teoría una etapa sencilla de mucho llaneo y descenso.
Salimos a desayunar, en esta ocasión un café con “porras” en una churrería que había en una terraza.


Tras esto volvimos al Hostal, nos pusimos la equipación, colocamos el carro y a rodar, esta vez unos 58 km con 700 metros de desnivel acumulado.
Desde el inicio, un descenso continuo de unos 8 kilómetros por pista con buen firme, esto sí que es rodar, termina la pista y entramos en una carretera de servidumbre, estrecha pero con buen asfalto, no se hace difícil mantener una velocidad de más de 18 por hora de forma continuada por lo que devoramos kilómetros sin darnos cuenta.
En el kilómetro veinte y mucho antes de lo esperado en tiempo llegamos a Castro del Río, llevamos poco más de una hora y ya hemos hecho casi media etapa, esto nos anima. Hemos llegado a esta localidad con una media de 18,5 en estos 20 primeros kilómetros.


Visitamos el ayuntamiento y con ello la oficina de turismo, vamos a sellar de nuevo la credencial.
Es pronto para comer por lo que nos tomamos un refresco y aprovechamos un supermercado para comprar algo para comer por el camino, un poco de embutido y agua, según nuestro mapa no encontraremos ninguna localidad intermedia hasta llegar a córdoba por lo que llenamos nuestras botellas de la bici y cargamos otras dos en el carro.
En ese momento también aprovechamos y cambiamos el sillín a Susana, quiere probar con otro a ver qué tal, el culo se resiente.


En este punto, y desde el principio del camino se nos plateaba una duda, había peregrinos que hacían el camino uniendo directamente Castro del Río con Córdoba y otros que lo enlazaban pasando por Espejo-Santa Cruz.


Por más información que buscamos no encontramos nada en dónde nos indicara que alternativa tomar o dónde se bifurcaba el camino, llamamos a asociaciones del camino, a ayuntamientos y aun así llegamos con la duda hasta este punto, pero de pronto se resolvieron todos: El camino de Santiago tiene dos rutas en este punto:
Nosotros elegimos el tramo de 36 Km, en teoría era sencillo y más rápido.
Continuamos pedaleando y comienza una fuerte pendiente de un cerro justo después de Castro del Río. Lo salvamos sin mayores dificultades y comienza un sube/baja rompepiernas, el calor aprieta, es octubre pero el termómetro se mantiene a más de 30 grados.
Recorremos caminos anchos rodeados de olivos y los kilómetros van pasando.


En un momento dado paramos a comer a la sombra de unos olivos, nos tumbamos un rato, estamos cansados pero todavía quedan unos 15 kilómetros.
Llega un momento en el que el calor es insoportable, el agua se está agotando, y lo poco que tenemos parece una sopa más que agua, no encontramos restos de civilización, ningún cortijo está habitado y no hay forma de conseguir agua.


Seguimos avanzando y comenzamos a ver Córdoba a lo lejos, esto nos anima, sabemos que nos quedan 10 kilómetros pero el reto está casi conseguido. Del agua ya no queda nada y (al menos yo) quiero beberme una fuente hasta agotarla.


Por fin llegamos a Córdoba, cruzamos el puente Romano que cruza el Guadalquivir, justo allí, en el paseo, una fuente se ilumina con luz propia y conseguimos calmar nuestra sed.
Ha sido una etapa más dura de lo esperado, el motivo principal ha sido el calor que nos ha acompañado toda la jornada y que en momentos nos hacía desesperar.
Recorremos el centro de Córdoba con nuestras bicis en busca del coche que dejamos aparcado hace ya casi una semana, está allí, en el mismo sitio y sin ningún tipo de problema. Todo parece salir bien.
De camino al coche nos encontramos con una Feria, decidimos tomar allí una ración antes de desmontar las bicis y dirigirnos al Hotel.
La exposición no podía ser de otra cosa “Feria del Marisco Gallego” parece que hemos llegado a Santiago.



Al final han salido 61 kilómetros con 750 metros de desnivel pero hemos llegado a nuestro destino.

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